viernes, 28 de octubre de 2016

Decimotercera sesión: Textura.

Foto: Claudia Hormaechea
   ¿Qué estás tocando? ¿De qué está compuesto? ¿Te da grima? ¿Es suave? Pocas veces nos paramos a pensar en todas las características que puede llegar a tener un simple objeto que usamos cada uno de los días de nuestra vida, como un clínex, el propio móvil... y menos aún nos paramos a palpar su textura: si es rugosa, suave, porosa... La pasada sesión de Análisis estuvo dedicada a conocer más en profundidad esta características de los objetos, sus múltiples facetas: visual,  natural, artificial, etc... e incluso lo que nos puede llegar a hacer pensar o sentir.

    
Foto: Claudia Hormaechea
    Posteriormente, la profesora nos explicó los distintos modos de hacer texturas, por nosotros mismos: salpicados, pintura solapada, etc... y en el rato que quedó de clase, tuvimos que hacerlas nosotros mismos. Yo he tenido que terminarlas en casa, obteniendo de este modo un corazón muy tecnológico, con la textura del teclado de un portátil, haciendo así un guiño al modo en el que a veces la gente da su corazón a alguien que conoce a través de un teclado y una pantalla, sin saber su aspecto físico o siquiera si sus aficiones, gustos, carácter, etc..., en definitiva, todo lo que cuenta, es cierto. Por otro lado, he hecho una flor a base del contorno de una cerradura, los poros de un altavoz, las rayas del ventilador de mi ordenador y el contorno de un rollo de celo. No son obras de arte, pero me ayudaron a comprender mejor el procedimiento de creación de texturas y, una vez más a darle alas a mi imaginación.


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