viernes, 25 de noviembre de 2016

Visita al C.C Isabel de Farnesio: La perspectiva constructivista del pintor Julián Casado.

Fotografía: Irene Riquelme
   Después de la hora de teoría de la luz, acudimos al Centro cultural Isabel de Farnesio de Aranjuez para ver la exposición de Julián Casado, un pintor español de conocido nombre cuyas obras han sido expuestas en diversos países como Egipto, América, etc... En concreto, la exposición a la que acudimos tenía una perspectiva abstracta que jugaba con los enfoques de luz, perspectivas, simbolismo... Se trataba de una serie de lienzos pintados al acrílico en los que aparecían las mismas figuras, un cubo dibujado en 2D con la intención de simular la tercera dimensión en cuyo interior encontramos una pirámide. Todos ellos estaban dibujados con distintos colores y enfoques de luz y a simple vista parecían hasta distintos, pero en el momento en el que te parabas a pensar lo que estabas viendo, te dabas cuenta de que salvo por el color, todos eran iguales, y que el autor había jugado contigo con una ilusión óptica tan simple como la de cambiar la entrada del foco de luz de cada cuadro, además de sus respectivas sombras, para que cada cuadro fuera distinto, y para que cada pieza de él pareciera que tenía distinto tamaño, mostrando así todo el poder que puede llegar a tener la luz.

Fotografía: Celia Lindo
Fotgrafía: Celia Lindo
    Además, el significado de estas obras no se limita sólo a la física o al arte, también abre hueco a la filosofía y metafísica añadiendo el cubo, representación de todo lo terrenal, la pirámide la cual, señalaba hacia arriba, hacia el cielo, lugar de lo divino, y añadiendo en un par de obras incluso, la esfera, símbolo de lo perfecto, de dios, de lo inalcanzable; y pensaréis: ¿qué quiere decir toda esta simbología? Pues bien, a parte de que hay que conocer el significado de todos estos elementos, ya que los encontramos en la mayoría de las obras e incluso en nuestro día a día, de no hacerlo, no entenderíamos lo que nos quiere transmitir el autor: y es que está todo relacionado, estamos unidos a lo divino en un mundo en el que lo consideramos inalcanzable sin darnos cuenta de que, al igual que la pirámide se encontraba en el interior del cubo, la fe está en nuestro interior, en nuestros corazones, sólo tenemos que saber encontrarla allí para de este modo, poder guiarnos de una forma más espiritual en un mundo tan racional.

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